miércoles

CONCLUSIONES

Ya como todos sabemos está llegando el final del curso académico, por lo tanto no vamos a poder seguir introduciendo nuevas entradas en el blog que hemos creado entre la profesora y todos los alumnos. Me gustaría daros las gracias por vuestra participación.
Además considero interesante la tarea que hemos estado llevando a cabo durante estos meses.

Para finalizar voy a realizar una serie de conclusiones sobre el tema del cine y su uso educativo.

- El cine como recurso audiovisual tiene un gran poder motivador y de atracción. Como estrategia didáctica ayuda a pensar y a sentir, consolida conocimientos y genera actitudes.

- El cine es un instrumento muy eficaz para transmitir ideas, y por ello también para la educación.

- Los alumnos prestan interés a la hora de llevar el cine a las escuelas y transmitir el uso educativo que posee, ya que para ellos es una forma mas motivadora y divertida de dar las clases y de aprender.

- El cine, empleado como fuente de información, permite adentrarse en el estudio de la sociedad, conocer culturas diferentes a la propia (interculturalidad), formar visiones en torno a acontecimientos pasados, presentes y futuros (nos permite juzgar, ponernos en el papel de los personajes históricos más relevantes y preguntarnos el por qué de sus actos y del devenir del mundo), entrar en contacto con valores, ideas, pensamientos, actitudes, normas.

- El cine es un instrumento educativo por su capacidad de formar e informar de forma distendida y lúdica. El estudiante no es consciente de estar siendo educado. Para él, ver cine en clase es una actividad que se escapa de lo habitual, que le sirve para evadirse de sus tareas normales dentro del aula, lo que incrementa su interés y participación.

- Ayuda a los alumnos a la resolución de conflictos al presentar a la sociedad (casi) como es. Les muestra el mundo y les proporciona un ejemplo de las relaciones que en él se establecen.

Pedagógicamente, pues, el cine permite acortar el distanciamiento entre los contenidos programáticos y la experiencia del alumno y dar un tratamiento contextualizado a los contenidos de la enseñanza; exige usar conocimientos interdisciplinarios; facilita la diversidad cultural; aporta el componente lúdico que muchas veces se le ha negado a la escuela; y, en la medida en que se produce una identificación sujeto-objeto, potencia el aprendizaje significativo. Favorece el enfoque comunicativo, que es integrador, porque da tanta importancia a elementos socioculturales como a los formales, es decir al uso de la lengua y a la forma de ver el mundo a través de esa lengua.

El cine, por su carácter de representación de la realidad, produce además una implicación fuerte en los espectadores, con reacciones que se pueden encauzar hacia la consecución de otros objetivos comunicativos de intercambio de opiniones y sensaciones. Los objetivos que nos proponemos en clase pueden verse reforzados si tienen un ejemplo vivo en imágenes, que tendrán diversos efectos: consolidar los conocimientos, incorporar otros nuevos, provocar la investigación posterior... Hay que aprovecharse del placer que proporciona, y a partir de ahí buscarle la utilidad, llevar la magia al aula y, además, a partir de la proyección de fragmentos, espolear la curiosidad e interés del alumno para que vea la película completa, si está preparado.


martes

CINEEDUCACIÓN: LENGUAJE AUDIOVISUAL


CINEDUCACIÓN es una miniserie infantil que busca entregar conceptos teóricos sobre cine de manera divertida y cercana.

Este proyecto fue desarrollado por un grupo de estudiantes de México, Perú, Chile, España, Francia y China, quienes cursaron el Máster Internacional de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en el marco del Taller de Producción Audiovisual dirigido por el profesor José Martínez Abadía.

lunes

GRANDES TEMAS QUE EL CINE HA TRATADO

CINE Y MIGRACIONES:

El cine ha reflejado desde sus inicios los dramas humanos de la sociedad, entre ellos la necesidad de dejar su propia tierra para sobrevivir. El cine español, por ejemplo, durante su historia, ha ido representando en imágenes el problema de las migraciones. Antes de los años 40 del siglo XX, la migraciones rurales, con películas tan profundas y cargadas de dramatismo como las dos versiones que Florián Rey hizo de La aldea maldita, una en 1930, muda y otra sonora en 1942. La Castilla más dura se refleja con sus dramas campesinos y su necesidad de salir a trabajar en otros lugares. Hay que salir del campo por necesidad, de un campo maldito, yermo, en el que no se puede vivir. Sin embargo, el cine presenta igualmente lo negativo de la gran ciudad, y sus vicios, así como la necesidad de volver al lugar de origen en el que está la seguridad, la armonía familiar y el honor. La mujer, en el cine de emigración, es en muchos casos, la gran perdedora. O es la mujer sumisa, que acompaña al marido y cuida a los hijos, o se pierde en la ciudad, como en el caso de La aldea maldita, en la que para sobrevivir debe dedicarse a la prostitución. El marido, cuando la encuentra, apela al honor de la familia -más bien al de los varones de la misma- y la castiga con la exclusión y el silencio dentro de la casa, aunque no la expulsa con el fin de que no trascienda la vergüenza.
Ya avanzado el siglo, Juan Antonio Nieves Conde realizó Surcos (1951), que nos da a conocer los problemas de la emigración rural hacia la ciudad en la España de Franco. La película, -puede entroncarse en el neorrealismo español- y a pesar de que su director era falangista, fue censurada y depurada por el régimen por representar el fenómeno de la emigración rural como común en el país, dejándolo como la anécdota de una familia que fracasa en la ciudad y debe volver al pueblo del que salió. La película, muy interesante y significativa, narra las vicisitudes de una familia rural tradicional en la gran ciudad. Se representan las angustias de todo emigrante, el rechazo de los habitantes de la ciudad, la necesidad de algunos de los miembros de la familia de relacionarse con el mundo del delito, la pérdida de los valores tradicionales… Aquí también, dos mujeres, la madre y la hija, viven el desarraigo de formas muy diferentes: la madre, como soporte en sufrimiento de la unidad familiar, la hija, coqueteando con el espectáculo y una vida, al entender de entonces, excesivamente libre y peligrosa.
La piel quemada (1967) de José María Forn, lleva el problema de los emigrantes rurales  en una patética plasmación del subdesarrollo económico y cultural español de la época, del caciquismo meridional y de la inmigración en Cataluña.
También los españoles salían de España. Toni, -la cito en este apartado aunque es película francesa- de Jean Renoir (1934), relata la vida de trabajadores españoles e italianos en la Provenza francesa, en la que los extranjeros, por el mero hecho de serlo, son sospechosos de delitos que no han cometido. Entre la comedia y el patetismo están Españolas en París (1970) de Roberto Bodegas o Vente a Alemania, Pepe (1971), de Pedro Lazaga. Ambas reflejan la situación de emigrantes españoles en Europa que se adaptan poco y lo bien que cada uno está en su tierra de origen.
En el cine español de la época se puede apreciar que no todos los españoles iban con los documentos en regla, mito que actualmente se ha creado como excusa comparativa en relación a los actuales emigrantes. «Hasta 1956, el gobierno español no sólo no proporcionará ningún estímulo oficial a la emigración...sino que la vigilancia en las fronteras intentará limitar las salidas en la medida de lo posible... La mayoría de las salidas se realizan clandestinamente» (Términe y otros, 1995)
Cierto es que hacia los años de 1950 España necesitaba romper el aislamiento internacional y aumentar sus divisas. Alemania, por otra parte veía crecer sus conflictos laborales y económicos y no deseaba agravarlos con la llegada de miles de españoles. La solución fue un convenio económico entre Alemania y España (una especie de plan Marshall) que aseguraba a ésta un desarrollo social y económico sin fricciones. En este paquete entró también la emigración. Se inició en España, a instancias de Alemania, el control en origen y en destino de la emigración. En origen, permitiendo la salida mediante un largo proceso burocrático, y en destino, creando las Agregadurías laborales que evitaban la inscripción de los emigrantes en los sindicatos alemanes y la creación de las Misiones Españolas, adjudicadas a la Iglesia, que ejercieron como fuerte elemento de control social. En Alemania, los españoles tuvieron por ello un trato asistencial más ventajoso que en otros lugares.
Sin embargo, en el resto de los países, se siguió dando una gran cantidad de emigrantes que llegaban a trabajar de forma clandestina, por no poder acceder a los papeles, en algunos casos porque no conseguían el permiso de su parroquia para obtener el certificado de buena conducta.
El mito creado en los últimos años por algunos estamentos de la política de derechas, complementada por la falta de seriedad, o la connivencia, de algunos medios de comunicación, ha creado en la opinión popular la idea de que emigración y delincuencia van unidos. Esta opinión trae  inmediatamente a colación la falsa afirmación de que la emigración española se componía de ciudadanos ejemplares e integrados. El cine, en general, desmiente estas afirmaciones, haciendo énfasis precisamente en lo contrario.
Aunque nadie duda de que la mayoría de los emigrantes españoles trabajaron pacíficamente sin necesidad de realizar actividades delictivas, al igual que la mayoría de los emigrantes actuales en nuestro país, el cine refleja en la mayoría de los casos otra realidad –también real- ayudando a deshacer otro de los mitos inventados como excusa para comparar la actuación de los emigrantes españoles en el extranjero con los actuales emigrantes en nuestro país. La dura vida del emigrante español en América y en algunos casos la turbia manera de hacer dinero y un lugar en la sociedad se trata en Frontera sur, 1998, en la que Gerardo Herrero hizo un drama de emigración en Argentina, una forma sórdida de abrirse camino, la trata de blancas, las riñas de gallos, la apropiación de las tierras, la violencia... o Sus ojos se cerraron de Jaime Chávarri, (1997), la historia de una modista madrileña que llega a Buenos Aires en los años 30.
La situación de una España en desarrollo trajo consigo una nueva realidad y llegaron los emigrantes. El cine comenzó a relatar la forma de vida de los recién llegados, sus problemas, sus dificultades de integración y las trabas administrativas y personales. En la medida en que el problema se hizo más duro y la reacción local más furibunda contra el emigrante el cine español reaccionó con algunas películas. Las cartas de Alou, 1990, de Montxo Armendáriz, narra el periplo de un joven senegalés por la península en precarias condiciones laborales, Bwana, de 1995, de Imanol Uribe, que es una reflexión sobre la xenofobia y el racismo encarnados en una familia española, sus miedos y sus frustraciones hacia un emigrante subsahariano que acaba de llegar en patera. En 1996, Felipe Vega realizó El techo del mundo, basada en un relato de Julio Llamazares, sobre la amnesia de un español integrado en Suiza, al que se le despiertan instintos racistas.
Saïd Saïd, 1998, de Llorenç Soler, cuenta la historia de Saïd y las duras condiciones de vida que tienen los inmigrantes magrebíes en nuestro país. Para señalar, aunque sea someramente, el papel de la mujer, tanto en Saïd como en Las cartas de Alou, los dos protagonistas, el marroquí y el senegalés, se enamoran de mujeres españolas, que les ayudan fervientemente, aunque esa situación no mejora, sino al contrario, la relación de los emigrantes extranjeros con su entorno social, dando lugar en algún caso a virulentas reacciones por parte de grupos racistas (Saïd). En ninguna de ellas se aprecia a la mujer emigrante, invisible en esta etapa del cine español.
La emigración de los países del Este se narra en El sudor de los ruiseñores, de Juan Manuel Cotelo, 1998, sobre un violonchelista rumano que llega a Madrid con el sueño de trabajar en una orquesta y ganar el dinero suficiente para poder traer a su esposa y a su hija; la de los emigrantes cubanos en Cosas que dejé en la Habana (1999) de Manuel Gutiérrez Aragón. En esta última, la mujer tiene ya una importancia sustancial, ya que narra la historia de tres jóvenes cubanas que buscan trabajo en Madrid donde viven con una tía. Es una interesante película a pesar de que los estereotipos se suceden en ella, tanto en lo que se refiere a las cubanas recién llegadas, que procurar una típica integración en el medio, la tía, que ha hecho simbiosis con el entorno, como los diferentes personajes españoles, que responden a etiquetas previstas.
En 1999, Iciar Bollain realizó Flores de otro mundo. Una caravana de mujeres –extranjeras y españolas- llega a un pueblo con el fin de establecer relaciones con los solteros de la población. Son varios los conflictos que se generan por las diferencias culturales y sociales entre las recién llegadas y los vecinos del pueblo. Es, posiblemente, la película en la que el problema de la mujer inmigrante, se ve con mayor realismo, sobre todo en lo que se refiere al poder masculino en las relaciones –incluida la violencia corporal- y a las dificultades de ser aceptadas sus diferencias por la cultura tradicional.
He citado más arriba la película del 2002, Poniente, de Chus Gutierrez, una historia de amistad y amor con el conflicto social de la emigración de fondo. Es una película de guerra, guerra de sexos, de culturas, de clases… que culmina en una gran batalla en la que pierde todo el mundo.
En el año 2005 el cine español ha tratado el problema de la mujer emigrante y su relación cultural, laboral y social desde diversos puntos de vista. Una interesante película es Princesas (2005), en la que Fernando León de Aranoa, director y guionista narra de forma esplendida la amistad de dos prostitutas de calle, una emigrante y otra española, luchando juntas en una sociedad que les da la espalda. También en 2005, Pedro Pérez Rosado ha realizado Agua con sal, en la que dos mujeres también, una emigrante y otra española, trabajadoras marginales e ilegales luchan por sobrevivir en un ambiente hostil.
Interesante es Un franco, 14 pesetas, de Carlos Iglesias, que en 2006 narra una historia de españoles emigrantes a Europa hacia 1960, en la que desmitifica muchas de las aseveraciones sobre la emigración de españoles que actualmente se tienen, así como del retorno a su país de estos emigrantes. Las dificultades de adaptación, la entrada sin papeles, los problemas, la necesidad de sobrevivir, a veces delinquiendo, etc.
También en 2006, Marta Rivas y Ana Pérez han retratado en el documental  El tren de la memoria, el éxodo de dos millones de españoles que buscaron la prosperidad en Europa en los años sesenta. Se fueron para unos meses, se quedaron treinta años. El documental pretende cubrir una laguna en la reciente historia de España y saldar una deuda con los protagonistas de unos tiempos difíciles de los que apenas sabemos algo más que una escueta historia oficial y unos cuantos tópicos. La mitad son clandestinos y viajan sin contratos de trabajo. El ochenta por ciento son analfabetos. Ante ellos se levanta el muro del idioma y las costumbres diferentes. En la actualidad, otros necesitados llaman a la puerta de un país próspero. Casi nadie se acuerda de la otra historia. Josefina si. Ella recuerda su viaje en el tren de la memoria.
Inspirada parcialmente en hechos reales, Chus Gutiérrez realizó en 2008 Retorno a Hansala, que narra la historia de Martín, un empresario funerario con problemas económicos, que encuentra en el cadáver de uno de los muchachos marroquíes muertos en el Estrecho, al intentar pasar en patera a España, un número de teléfono. Así entrará en contacto con Leila, la hermana del fallecido, una joven inmigrante que tratará de repatriar el cadáver de su hermano.
Hasta el momento, el cine de emigración en España, lo han hecho españoles. Con dignidad y equilibrio en la mayoría de las ocasiones, pero desde un punto de vista difícil de traspasar. Es posible –y de desear- que en el futuro, escritores y directores emigrantes, puedan reflejar la realidad desde su óptica, como sucede en otros países con más años de emigración extranjera, abriendo las perspectivas a otras visiones que ya se aprecian en la lucha reivindicativa y solidaria. En teatro, por ejemplo, Juan Diego Botto, ha escrito y dirigido El privilegio de ser perro (2005), en la que  a través de cuatro monólogos y de cuatro diferentes puntos de vista desarrolla los procesos sufre y vive un emigrante cuando se enfrenta con el exilio, la pérdida de su identidad, en el viaje obsesivo en búsqueda de una mejor calidad de vida.
Documentales sobre la emigración hacia España
Además de la citada Vida de moro, un documental producido por Canal + en el año 2000, es necesario citar Lalia, realizada en 1999 por Silvia Munt, que ganó el premio Goya de ese año al mejor documental, y que refleja la necesidad de escapar de una realidad terrible, la que se vive en los campamentos saharauis en Argelia.
Una invitación a la reflexión sobre la convivencia y los espacios culturales entre la diversidad de personas que pueblan España es el largometraje documental El otro lado... un acercamiento a Lavapiés, del egipcio Basil Ramsis. Chinos, africanos del norte y del centro, hindúes, latinoamericanos, españoles, buscan su lugar en un barrio que representa la diversidad de la emigración.
En el 2002, Carles Bosc hizo Balseros. En el verano de 1994 un equipo de reporteros de Televisió de Catalunya filmó y entrevistó a siete cubanos y a sus familiares durante los días que preparaban la arriesgada aventura de lanzarse al mar para alcanzar la costa de los Estados Unidos, huyendo de les dificultades económicas que asolaban su país. Tiempo después, en el campamento de refugiados de la base norte-americana de Guantánamo pudieron localizar a los que habían sido rescatados en alta mar. Es una historia sobre los sueños frustrados por la realidad de la emigración fallida.
Muy interesante es el corto documental español (2004), Paralelo 36, de José Luís Tirado, en el que los protagonistas son los emigrantes –con sus sueños, dificultades y deseos- que llegan en patera a las costas españolas, en el viaje de la emigración clandestina atravesando el estrecho de Gibraltar.
A destacar también el largometraje documental Pobladores, 2006, de la productora española «Tus ojos», dirigido por Manuel García Serrano, con una  importante dimensión educativa, realizado en soporte digital. Aunque se va  a proyectar en cines,  se ha apostado por una distribución no comercial, y se envía a colegios y entidades educativas y culturales acompañada de textos didácticos.
Es muy importante la película 14 kilómetros (2007), Espiga de Oro en la semana de Cine de Valladolid, de Gerardo Olivares, cuyo nombre le viene de la distancia que separa África de Europa, pero que también es la barrera que aleja los sueños de millones de africanos que piensan en España, Francia u otro país occidental como la única alternativa para huir del hambre y de la miseria. En África hay millones de personas cuyo único objetivo es entrar en Europa porque el hambre no entiende de fronteras ni de barreras. El éxodo es inexorable.
En Retorno a Hansala, dirigida por Chus Gutiérrez en 2008, inspirada parcialmente en hechos reales, se narra la historia de Martín, un empresario funerario que encuentra un número de teléfono en el cadáver de uno de los muchachos muertos en el Estrecho. Así entrará en contacto con Leila, la hermana del fallecido, una joven inmigrante que tratará de repatriar el cadáver de su hermano. Martín, viendo las posibilidades de negocio, partirá con ella hacia su aldea con la idea de obtener el máximo beneficio de otras familias que reconozcan a sus muertos a través de sus pertenencias, topándose sin esperárselo con la realidad marroquí.

CINE Y DISCAPACIDAD:


Las personas discapacitadas siempre han estado representadas en el cine, y cada vez más, con mayor fuerza.. No obstante, este lenguaje global ha tratado al discapacitado de forma desigual presentándolo, en una gran parte de la filmografía, tanto como ser marginal, deforme y malvado, como el bonachón incapaz de hacer daño a nadie. En el correr de los años, el cine ha avanzado en sus lenguajes promoviendo una figura del discapacitado, cada vez más acorde con el sentido que tienen y aportan  a la sociedad, tomando de la sociedad los modelos que esta provee. Sin embargo, el peor maltrato que sufren los discapacitados en el cine es que no se les ve, salvo excepciones,  como a cualquier persona.
El cine y otros medios de comunicación no representan fielmente la realidad. En el tema de la discapacidad, con demasiada frecuencia se cometen omisiones y se fomentan prejuicios, se mantienen y se alientan actitudes negativas e injustas. Bien es verdad que el cine, también, ha presentado, con mejor o peor fortuna, con lenguajes mejor o peor empleados, al discapacitado como protagonista, presentando a la sociedad problemas que de otra forma no se hubiera conocido y tal vez ni siquiera atisbado, con personas discapacitadas que por lo general son ocultadas.

No se puede dudar del poder de los medios. Las asociaciones de discapacitados luchan constantemente porque los medios reconozcan su derecho a ser vistos como el resto de los integrantes de la sociedad. En algunos programas de televisión se les coloca en la última fila del plató, o se les coloca de comparsas o como objetos de observación.

La batalla de los colectivos de discapacitados está por hacerse presentes en los medios, dejar de ser «invisibles» en ellos de la misma manera que van haciéndose visibles en la sociedad, ya que ello significa existir en el pensamiento de los demás. «lo que no aparece en televisión no existe para la mayoría de los ciudadanos». El aparecer en los medios con «objetividad informativa» y tener la posibilidad de hablar en ellos con voz propia y haciendo llegar a la sociedad mensajes normalizadores sobre la discapacidad.

Desde siempre el cine trató el tema de los discapacitados. Recordemos El jorobado de Notre Dame, en 1923 de Worsley, Luces de la Ciudad (City lights), en 1931, de Charles Chaplin o Freaks/La parada de los monstruos, de Tod Browning, en 1932.

Sin embargo, el discapacitado entra de lleno en el cine con el fin de elogiar a los héroes de guerra y levantar la moral el pueblo norteamericano durante la segunda guerra mundial. Muchos soldados regresaban mutilados y era necesario hacer ver que se podían vencer todos los obstáculos sin ayuda, sólo con sus propios recursos. 

Se hizo así un cine con personajes que habían perdido alguno de sus miembros, pero no la ilusión. En 1947, la Academia de Hollywood concedió varios Oscar a la película Los mejores años de nuestra vida, de William Wyler. Dos de ellos (el Oscar al mejor actor secundario y otro especial por su ejemplo a todos los veteranos de guerra), fueron para Harold Russell, que representó el papel de Homer Parrish, un veterano de guerra que volvía con las dos manos ortopédicas. Russell, que había perdido las dos manos en 1944, en un accidente con TNT, mientras entrenaba a paracaidistas, se convirtió en símbolo de valor y coraje para los norteamericanos y fue durante muchos años presidente del Comité Presidencial de Empleo para los Discapacitados.

Otras películas fueron más duras, como Hombres, en 1950, de Fred Zinneman, con Marlon Brando como parapléjico protagonista, Johnny cogió su fusil, en 1971, de Dalton Trumbo, que tuvo un importante éxito de crítica y público. En este caso la discapacidad se utiliza fundamentalmente como una metáfora de los horrores de la guerra.

Sin embargo la mayoría de las películas de aquella época han contribuido a aislar a los personajes discapacitados de sus semejantes, al presentar a las personas con discapacidad como individuos extraordinarios que luchan contra lo imposible, como personajes violentos y autodestructivos o como personajes extraordinariamente bondadosos y llenos de inocencia, silenciando los verdaderos problemas sociales y haciendo al discapacitado «invisible» para el gran público.

Recordemos un film como El milagro de Ana Sullivan (The miracle worker), en 1962, dirigida por Arthur Penn, con un guión de Helen Kéller, en el que cuenta parte de verdadera historia de la niña (Helen Keller), sorda y ciega que aprende a comunicarse y hablar, gracias al apoyo de su institutriz Ana Sullivan. La película fue un éxito y recibió el oscar a la mejor actriz para Anne Bancroft.

También marcó un hito la producción de El Regreso (Coming Home), en 1978, de Hal Sabih, una película protagonizada por Jon Voight en el papel de un veterano de la Guerra del Vietnam con paraplejia, y Jane Fonda, que abandona a su marido para irse con él. La discapacidad en este caso no es ignorada ni constituye el eje central o motivador de la trama. Las principales diferencias entre el protagonista y el marido de Jane Fonda son su actitud ante la guerra y ante las mujeres, y no la discapacidad. La relación de Voight y Fonda en El Regreso no es la del paciente y la enfermera, sino la de un hombre y una mujer en una situación nueva para ambos. El mensaje que la película transmite es que las personas con discapacidad pueden ser adultas, ingeniosas, interesantes, divertidas y sensuales como cualquiera. Voight y Fonda obtuvieron, respectivamente, los Oscar al mejor actor y a la mejor actriz en 1978.

VIOLENCIA HACIA LA MUJER EN EL CINE

El cine, desde sus comienzos, ha filmado con mucha dureza la violencia, que se ha visto acrecentada durante las últimas décadas. La violencia filmada contra la mujer refleja una actitud real de la sociedad, un documento fehaciente de la conducta humana y al mismo tiempo una denuncia contra esa misma situación de indefensión psíquica, física y cultural. Si bien es cierto que todo se ha filmado, incluso la justificación de esa violencia, lo más normal es que el cine, con sus duras imágenes en muchas ocasiones, saque a flote una situación para que el espectador por sí mismo extraiga sus propias conclusiones, normalmente negativas al maltrato a la mujer en lo que ser refiere a la violencia física, no tanto, o mucho menos cuando la violencia es sexual o psicológica.

Otras veces, los mismos personajes de la película, defienden a la mujer, o ellas se vengan por sí mismas. El manantial de la doncella (Jungfrukällan, 1960), de Ingmar Bergman, o Sin perdón, (Unforgiven, 1992) de Clint Eastwood, son películas de castigo y venganza hacia quién maltrata a una mujer, en el primer caso una doncella violada y asesinada por unos bandidos, en el segundo caso basada en su totalidad en la venganza de unas mujeres que contratan a un pistolero por unas lesiones brutales producidas a una mujer en un burdel. Una película muy significativa es El color púrpura (The color purple, 1985), de Spielberg, en el que varias mujeres, maltratadas por sus maridos o amantes, van liberándose paulatinamente gracias a su solidaridad, a la educación o a la lectura. En muchos casos es la propia mujer la que hace su propia justicia Thelma y Louise(1991), de Ridley Scott vengándose de los agresores e imponiendo sus propias leyes.

En cuanto a la violencia doméstica, el cine ha reflejado siempre lo que la sociedad de cada época ha vivido. El cine ha aceptado en ocasiones, como la propia sociedad, la figura decorativa o sumisa de la mujer, la dependencia de ella hacia el hombre. En otros casos, la mujer ha sido libre, dominante muchas veces, aventurera otras, malvada en muchas. La mujer en el cine ha tocado todos los papeles.
El cine ha reproducido también el lenguaje sexista, imponiendo la violencia que se transmite a través del lenguaje, cuando se reproducen los comportamientos de una sociedad en la que predomina la cultura y la ley del varón, cuando se presenta a la mujer como simple objeto sexual, expresando la relación de desigualdad entre hombres y mujeres, basando en la afirmación de la superioridad de un sexo sobre el otro; de los hombres sobre las mujeres, presentando a las niñas como personas que aprenden a ceder, pactar, cooperar, entregar, obedecer, cuidar… aspectos que no llevan al éxito ni al poder y que son considerados socialmente inferiores a los masculinos, quedando las mujeres reducidas al espacio doméstico de la familia.
Aunque en infinidad de películas la mujer ha sido protagonista, tanto en dramas como en aventuras, el cine ha reflejado documentalmente situación que la mujer ha sufrido durante el siglo XX, quedando en muchas ocasiones en segundo plano o considerándose solamente como compañera, novia o amante. La violencia hacia la mujer no solamente se da en la pareja, el cine la filma en el trabajo, en forma de acoso, en la calle -las prostitutas son casi siempre maltratadas por policías y chulos- infinidad de películas reflejan la tortura y y las violaciones sexuales, la persecución, la presión emocional, desapariciones, encarcelamiento e incluso la muerte. El tratamiento pornográfico de muchas películas enaltece la visión de la mujer como simple objeto de placer, llegándose en ocasiones al asesinato filmado. Amenábar lo refleja magníficamente en su película Tesis (1995).

CINE Y MEDIOAMBIENTE:


El cine no solamente ha puesto en contacto al hombre con la naturaleza, los paisajes exóticos y el documental de naturaleza, sino que además ha sido, y sigue siendo en ocasiones, militante activo en la lucha por la defensa del medio ambiente. Además, el cine ha sido desde su nacimiento, el más poderoso vehículo de transmisión de conocimientos y de culturas, aportando a sus espectadores infinitas posibilidades de encuentro con paisajes, naturaleza, lugares y costumbres.

Desde que en 1922, en Nanuk el esquimal, Robert Flaherty, expuso la difícil relación entre el hombre y su entorno natural, abriendo así el campo de la cinematografía al cine etnográfico, el mundo se llenó de películas defensoras de costumbres exóticas y más tarde entró en el mundo de la defensa de los pueblo, de los valores culturales y de la defensa del mundo.

En el cine español de los últimos años, algunos directores se han aproximado al tema: Tasio (1984), de Montxo Armendáriz, Lo más natural (1990), de Josefina Molina, La nave de los locos (1996), de Ricardo Wullicher, Las ratas, de Antonio Jiménez-Rico, basada en la novela del mismo nombre de Miguel Delibes, obra que explora en la relación entre los animales y los humanos y La lengua de las mariposas (1999), de José Luis Cuerda cuyo guión lo realizó Manuel Rivas, experto en medio ambiente.

Las películas de Tarzán o King Kong, ya basaban sus relatos en la intromisión del hombre blanco en las selvas vírgenes. Las novelas de Burroughs o de Kipling, dieron lugar a decenas de películas. Desde El libro de la selva (The jungle Book, 1942), producida por Korda, sobre el niño salvaje al que cuidaron los lobos en la selva hasta Gorilas en la niebla (1988), de Michael Apted, basada en la historia real de una investigadora que se decide a estudiar los gorilas africanos acercándose a su entorno.

Robert Redford, dirigió Un lugar llamado Milagro (1987), su segunda película como realizador, que desarrolla la lucha por la conservación de la naturaleza basándose en una novela de John Nichols. Posteriormente, a partir de una historia de Nicholas Evans, el mismo director dirigió El hombre que susurraba a los caballos. Otros directores, Jean Jacques Anaud con El oso (1988), o Kevin Costner con Bailando con lobos (Dances with wolves 1990), se suman a la reivindicación por la defensa del medio ambiente, incluyendo el respeto por toda la vida, como aquello que promueven la defensa de la Amazonía, con títulos entre los que destacan La selva esmeralda (The Emerald Forest, 1985), de John Boorman, y Los últimos días del Edén (1992), de John McTiernan. La cinematografía ha sido algo más pródiga con películas que denuncian los desastres ambientales, en películas como El síndrome de China (1979), de James Bridges, sobre los efectos del uso de la energía nuclear.



martes

VIDEO EDUCATIVO SOBRE LA VIOLENCIA DE GÉNERO




En esta entrada vamos a mostrar un vídeo educativo sobre la violencia de género  con el  objetivo de que reflexioneis sobre el tema, ya que es un tema muy importante en vuestras vidas y es necesario luchar contra el maltrato. Una  vez que veais el vídeo me gustaría que dejaraís un pequeño comentario.


domingo

LA VERDADERA HISTORIA DEL NIÑO SALVAJE DE L´AVEYRON

El 18 de Enero de 1800, un niño desnudo, con la cara y las manos llenas de cicatrices, apareció en las afueras de Saint-Sernin en la escasamente poblada provincia de Aveyron en la parte sur central de Francia. El chico, que sólo medía 4 pies y medio de estatura (1.35 mts. aprox.) pero aparentaba tener 12 años, había sido visto varias veces durante los dos años y medio anteriores, trepando los árboles, corriendo en cuatro pies, bebiendo en los arroyos y buscando afanosamente bellotas y raíces. Había sido capturado dos veces, pero había escapado. Entonces, en el inusualmente frío invierno de 1799-1800, comenzó a aparecer en las granjas en busca de alimento.
Cuando el muchacho de ojos oscuros llegó a Saint-Sernin, no habló ni respondió para hacerse entender, pero reaccionaba de inmediato ante el sonido de las ramas al quebrarse o ante el ladrido de los perros. Rechazaba los alimentos cocidos, prefería las patatas crudas que lanzaba al fuego y recuperaba rápidamente con sus manos desnudas, devorándolas cuando todavía quemaban. Como un animal acostumbrado a vivir en la selva, el chico parecía insensible al frío y al calor extremos, y rasgaba la ropa que la gente trataba de ponerle. Parecía evidente que había perdido a sus padres desde muy pequeño o lo habían abandonado, pero de esto hacía tanto tiempo que era imposible saberlo. Durante un tiempo, el muchacho apareció como un fenómeno intelectual y social, cuando una nueva perspectiva científica estaba comenzando a remplazar la especulación mística.
Los filósofos debatían sobre cuestiones como la naturaleza esencial de los seres humanos, preguntas que durante los dos siglos siguientes se convirtieron en fundamento del estudio del desarrollo del niño. ¿Son innatas o adquiridas las cualidades, el comportamiento y las ideas que definen a los seres humanos? ¿Cuál es el efecto del contacto social durante los años de formación, y se puede superar su carencia? Un estudio cuidadosamente documentado de un niño que había crecido en aislamiento podría proporcionar evidencia del impacto relativo de la «naturaleza» (las características innatas de un niño) y la «crianza» (educación familiar, escolar y otros factores de influencia social).
Después de la observación inicial, el muchacho, a quien se le llamo Víctor, fue enviado a una escuela para niños sordomudos en París. Allí, quedó a cargo de Jean-Marc-Gaspard Itard, un médico de 26 años, interesado en la naciente ciencia de la «medicina mental» o psiquiatría. El muchacho era, escribió Itard, «un niño desagradablemente sucio... que mordía y rasguñaba a quienes se le acercaban, que no demostraba ningún afecto por quienes lo cuidaban, y quien era, en síntesis, indiferente a todo lo atento a nada» (Lane, 1976, p. 4)
Algunos observadores concluyeron que era un «idiota», incapaz de aprender. Empero, Itard creyó que el desarrollo de Víctor se había limitado por el aislamiento y que tan sólo necesitaba que se le enseñaran las destrezas que los niños en la sociedad civilizada normalmente adquirían a través de la vida diaria. Itard llevó a Víctor a su casa y durante los siguientes cinco años, gradualmente lo «domesticó». Itard despertó primero la habilidad de su propio pupilo para discriminar la experiencia a través de un entrenamiento esmerado y paulatino a las respuestas emocionales así como a la instrucción en moral, comportamiento social, lenguaje y pensamiento.
Los métodos que Itard utilizó, con base a los principios de imitación, condicionamiento y modificación del comportamiento, los cuales lo posicionaron a la vanguardia de su época y lo llevaron a inventar muchos mecanismos de enseñanza que aún se utilizan. De hecho, Itard depuró las técnicas que había usado con Víctor, convirtiéndose en un pionero de la educación especial. El chico logró un progreso notorio: aprendió los nombres de muchos objetos y pudo leer y escribir frases simples, expresar deseos, seguir órdenes e intercambiar ideas. Demostró afecto, especialmente hacia el ama de casa de Itard, la señora Guérin, al igual que emociones de orgullo, vergüenza, remordimiento y deseo de complacer
Sin embargo, aparte de algunos sonidos vocálicos y consonánticos, nunca aprendió a hablar, Además, se mantenía totalmente centrado en sus necesidades y deseos y, como lo admitió Itard en su informe final, nunca pareció perder su vivo anhelo “por la libertad del campo abierto y su indiferencia a la mayoría de los placeres de la vida social” (Lane, 1976, p.160).  Las atenciones y cuidados que se le dispensaron a partir de entonces mejoraron su estado físico y su sociabilidad, pero los progresos fueron muy escasos, una vez superada la fase inicial. Por esta época se presentó la pubertad sexual del muchacho, lo que creó problemas adicionales a su educador. Las esperanzas de Itard de enseñarle a hablar y a comportarse de manera civilizada resultaron frustradas y en el segundo informe Itard se daba por vencido y manifestaba su preocupación por el futuro del desgraciado joven.
Cuando el estudio concluyó, Víctor  - que ya no fue capaz de valerse por sí mismo, como lo había hecho en la selva – se fue a vivir con la señora Guérin que, además de otros profesores asignados para continuar su educación,  recibía una remuneración del Ministerio del Interior por cuidarlo, cerca de veinte años más, hasta su muerte en 1828 cuando tenía alrededor de 40 años. Un informe elaborado por alguien que vio a Víctor hacia 1815 no reseñaba ninguna mejora de su situación.


Jean Itard, el primer educador de niños inadaptados 
 
Jean Marc Gaspard Itard nació el 24 de Abril de 1774 en Oraison, en el valle de la Durance. Fue médico, cirujano y cirujano de la marina, llegó a París en 1796. Habiendo trabado conocimiento con el padre Sicard, director del Instituto imperial de sordomudos, Itard tuvo muy pronto consulta en el instituto, del que pasó a ser jefe médico en 1800. Fue éste el primer contacto de Itard con niños cuya educación requiere medidas especiales. Itard descubrió que estos niños sordomudos eran confinados en una especie de vida vegetativa y se interesó particularmente por el tema. Como discípulo del filosofo Helvétius, a partir de libro «De l'homme», Itard pensaba que la educación lo podía todo.
No sólo se consagró el estudio del lado fisiológico de la sordomudez (Itard es universalmente considerado como el fundador de la otorrinolaringología), sino que se apasionó por el problema pedagógico que plantea la educación y la enseñanza de sordomudos. Un acontecimiento imprevisto iba a hacer de él el primer educador de niños inadaptados, en la acepción más amplia de la palabra. Fue la llegada a París del niño salvaje de L’Aveyron, de once años de edad. Varias veces avistado, varias veces capturado, penetró un día de invierno en una casa habitada, en donde fue detenido para ser luego transportado al hospicio de Rodez. Pero Víctor siguió siendo un salvaje, cerrado a toda solicitación, y muy pronto la curiosidad pública dejó de fijarse en él. La ciencia le abandonó a su vez cuando Pinel, el maestro de Jean Itard afirmó que el niño salvaje debía ser internado en el hospicio de Bicêtre, junto a los aquejados de idiotismo.
Itard no compartió esta opinión desfavorable, afirmando que no era posible determinar el grado de inteligencia y la naturaleza de las ideas de un adolescente que, privado desde su infancia de toda educación, había vivido completamente separado de los individuos de su especie.
Víctor no ingresó en Vicêtre. Convencidos por Itard, quien decidió espontáneamente consagrarse a su educación, admitieron a Víctor en el Instituto de sordomudos de París. Víctor pasó varios años de su vida cuidado y educado por Itard.
Itard creía profundamente que Víctor se iba a convertir en un ser humano como otro cualquiera. Creía profundamente en la posibilidad de educar a Víctor, poseía una actitud total de confianza de la educación de otras personas a pesar de cualquier cosa. A los que dicen que un niño salvaje es un ser débil, les digo: «es posible hacer cualquier cosa», es el camino de una actitud esencial en cualquier educador, no resignarse a aceptar la fatalidad y decir que siempre hay algo por hacer por alguien.

martes

LOS NIÑOS MARGINALES

Uno de los mayores desafíos de la educación en todos los tiempos es la educación de niños en situación de total o parcial marginalidad. Hoy día, en nuestros países civilizados, siguen apareciendo niños que por su abandono, malos tratos, encarcelamiento o aislamiento, tienen todas las características de los niños salvajes, ya estudiados y clasificados por Linneo.
El interés de expertos, pedagogos, médicos y psicólogos de socializar a estos niños es un fenómeno común en todo el mundo. Siempre atormentó esta duda a los filósofos y otros profesionales interesados, despertando el interés desde el siglo XIX. Para que el hombre salvaje ya no provocara miedo y se convirtiera en un ser aceptable, fue necesaria la intervención de la ficción, la creación de un héroe como Tarzán, capaz de conservar su humanidad mientras desarrollaba al mismo tiempo un cuerpo atlético y adquiría sentidos aguzados de los animales.
A partir de la película El niño salvaje de Truffaut, como hizo también con La piel dura y Los 400 golpes,  vamos a entrar en la problemática educativa de los menores abandonados, de la mano del cine, animando a investigar a partir del film sobre los fundamentos históricos de la película, sus protagonistas, y  sobre otras situaciones similares.
Empleando técnicas procedentes de campos de la más variada índole como la voz en off del documental o los cierres de iris del cine mudo, Truffaut planteó con esta película la sustitución del Hombre Natural que defendían las tesis rousseaunianas por el Hombre Moral, forjado a partir de un largo proceso integrador y dotado de un sentido de la justicia incuestionable. Esta propuesta, plagada de signos y elaboradas claves, deja entrever algunos retazos de la biografía de su autor, marcada por una infancia difícil y su superación a través del cine.
El médico-pedagogo Jean Itard luchó para insertar a Víctor de Aveyron en la sociedad francesa de comienzos del siglo XIX, consiguió ser su mentor y acreditar ante el reconocido psiquiatra Pinel, que Víctor podría llegar a ser civilizado e independiente. Los escritos de Itard sobre el caso fueron utilizados por Truffaut para hacer el film L'enfant sauvage. La figura de Víctor, en el filme de Truffaut, refleja exactamente la fascinación que los «salvajes» ejercen sobre los «civilizados» y plantea el debate sobre cómo educarlos.
  
La película del pequeño salvaje está basada en un hecho real relata la historia de un niño salvaje capturado en los bosques franceses y recluido en un instituto de investigación. De vivir como un animal libre pasa a convertirse en un ser rechazado, maltratado y visto como un fenómeno inhumano. Sólo el doctor Itard hará todo lo posible para hacer de él un ser civilizado llevándolo a su propia casa. Transcurrido un tiempo, el niño se encontrará perdido entre su deseo por recuperar su vida salvaje y su nueva etapa junto a su protector.


El caso de Genie, otro ejemplo de crueldad extrema ampliamente estudiado, analizado y registrado con metodologías modernas, confirmó los efectos nocivos del aislamiento y el maltrato en cuanto a la adquisición del lenguaje. Genie, descubierta en 1970 en los Estados Unidos a la edad de 13 años, no solo había sido encerrada, atada y muchas veces vendada desde su niñez, sino que sus padres también la castigaban si emitía cualquier sonido, lingüístico o no.
Una vez liberada, y después de grandes esfuerzos por enseñarle a hablar, Genie solo podía comunicarse con frases rudimentarias, como Me gusta elefante come maní o Dulce compra tienda.
Estos y otros casos, cual trágicos y crueles «experimentos», confirman la importancia de un medio ambiente lingüísticamente propicio para la adquisición del lenguaje, así como el hecho de que existen limites a lo que un individuo puede aprender si no crece en un medio que le proporcione contacto social, psicológico, afectivo y lingüístico. Para aprender un lenguaje de manera natural, los seres humanos no requerimos más que ese ambiente propicio durante los años cruciales que van del nacimiento a la pubertad. Nuestra disposición genética y el desarrollo de nuestras habilidades cognoscitivas se encargan de lo demás. Los casos de niños salvajes, ya sea por abandono o maltrato, constituyen crímenes contra el alma humana, ni más ni menos.
La vida de Genie tras su encuentro por la sociedad, no fue agradable. El equipo que se hizo cargo de ella no tenía objetivos claros sobre su actuación, se pelearon entre ellos por adquirir protagonismo, pasó de una familia de adopción a otra, se dedicaron a investigarla en beneficio propio más que a trabajar por su incardinación en la sociedad. Genie, como Víctor, acabó en un centro de internamiento.

viernes

PELÍCULAS QUE TODO ESTUDIANTE TIENE QUE VER

Esta entrada va a estar dedicada y dirigida a destacar los temas educativos que se tratan en el cine, en esta entrada contamos de nuevo con la participación de los alumnos.

Por ejemplo uno de los temas tratados en el cine es la educación para la paz y la interculturalidad con el objetivo de promulgar la convivencia pacífica basada en la tolerancia frente a las opiniones diferentes y la aceptación de otras raza y culturas, fomentado la igualdad de todos los seres humanos.


Otros de los temas que son muy frecuentes en el cine es la educación para la igualdad de oportunidades con el objetivo de asumir y aceptar las diferencias entre sexo, razas y culturas. También se quiere promover la igualdad de oportunidades y la integración.


Dentro de la educación, existen diversos temas que pueden ser objetos de debate como igualdad, moralidad, condición financiera de la comunidad docentes, y tantos otros. Estos temas pueden ser retratados con bastante eficiencia en las películas y suelen dejar un mensaje impreso en las personas que lo ven.

1. Sociedad de poetas muertos (1989) ( Dead Poets Society)

 La historia gira alrededor de un profesor de Inglés que inspiro a sus estudiantes a amar la poesía. Les enseño a aprovechar cada momento que se les presenta para ir en contra del Status Quo. La inspiración del profesor condujo a cambios extraordinarios y positivos en las vidas de sus estudiantes.

 

2. Diarios de la calle (2007) (Freedom Writers)

 Es la historia de una maestra joven, que su fuente de inspiración es todo el riesgo que se convierte ir a dar clases a los estudiantes de secundaria. Los estudiantes aprenden la tolerancia y el valor del trabajo duro a través de la maestra que les permite vivir sus sueños más allá de los límites de la escuela.

 

3. To Sir, with Love (1987)

 La historia es de un joven negro recién graduado en ingeniería que se traslada a Londres, con la esperanza de unirse a la industria de la ingeniería. La búsqueda de trabajo no se hace fácil, y comienza a enseñar a los estudiantes de escuelas blancas de los suburbios de East End de Londres. Su pensamiento inicial, era enseñar por poco tiempo, pero inevitablemente, se involucra en la vida personal de sus alumnos. Por lo que le toca decidir entre un trabajo de ingeniería o continuar enseñando.

 

To Sir, With Love

 

4. Vida de un estudiante (1973)

 Es la historia de un estudiante de la facultad de derecho, que se acaba de inscribir y se enfrenta a una enorme presión por diferentes cursos y tiene que mantenerse al día, para poder continuar dentro de la facultad. Su relación con la hija del profesor no ayuda mucho, porque debe mantener en equilibrio entre su curso y su vida amorosa.

 

Vida de un estudiante

 

5. Mentes peligrosas (1995)( Dangerous Minds)

 Es una película basada en la novel “My Posee Don’t Do Homework”, la historia se basa en como una maestra de escuela anima a sus estudiantes de distintos orígenes de Palo Alto a tomarse en serio al escuela. La maestra es juilada de los Marines de EEUU, y hace cambios en el programa de educación, aplicando métodos de enseñanza poco ortodoxos en una luchar para conectar los profesores con los alumnos.

 

Mentes peligrosas

 

6. Educando a Rita (1983)

 Es la historia de una chica llamada Rita, que quiere estudiar literatura, y se inscribe a una Universidad Abierta, donde conoce al Profesor Frank, quien ha encendido nuevamente la pasión por la literatura. Rita se esfuerza por obtener el conocimiento sobre el tema que tanto le entusiasma.

Educando a rita

miércoles

EL BOLA

FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA
Nacionalidad: España, 2000
Género: Crítica social
Duración: 88 minutos
Director: Achero MAÑAS
Guión: Achero Mañas y Verónica Rodríguez
Fotografía: Juan carlos Gómez
Montaje: Nacho Ruiz-Capillas
Música: Eduardo Arbide
Producción: José Antonio Félez para Tesela/TVE/Vía Digital
Reparto: Juan José Ballesta (El Bola, Pablo), Pablo Galán (Alfredo),
Manuel Morón (Mariano, padre del Bola), Gloria Muñoz (Aurora, madre del Bola),
Alberto Jiménez (José, padre de Alfredo),Nieve de Medina(Marisa, madre de Alfredo), Javier Lago (Alfonso, amigo de José), Ana Wagener (Laura, asistente social), Omar Muñoz (Juan), Soledad Osorio (abuela del Bola)
Edición en VHS: Buena Vista Home Vídeo 
SINOPSIS ARGUMENTAL 
El Bola es un chaval de 12 años que vive una atmósfera violenta y sórdida. Su
situación familiar, que oculta avergonzado, le incapacita para relacionarse y
comunicarse con otros chicos. La llegada de un nuevo compañero al colegio, con quien descubre la amistad, y la posibilidad que ello le brinda de conocer una realidad familiar distinta por completo, le darán fuerzas para aceptar y finalmente ser capaz de enfrentarse a la suya.
Sorprendente debut como director del actor Achero Mañas, El Bola es una sensible
película intimista, capaz de conmovernos por su valentía y honradez a la hora de
retratar sin tapujos ni perifollos inútiles la vida de un chaval de 12 años: una vida
marcada ya por el odio, la violencia y la falta de amor. 


EL DIRECTOR
Juan Antonio "Achero" Mañas nació en Carabanchel, Madrid en 1970. Es hijo
del dramaturgo y actor Alfredo Mañas y tiene una hija, Laura. Junto a numerosos
trabajos como actor y algunos de guionista, rodó tres cortos (uno de ellos, Cazadores, ya ganó el Goya de la categoría en 1998). Dirigió en 2000 su primer largometraje, El Bola. Se convirtió en el gran protagonista de la gala de los Goya 2001 al llevarse los cuatro premios a los que aspiraba el filme: mejor película, director novel, guión original y actor revelación para el niño José Ballesta. El "debutante" Achero Mañas se convirtió a la postre en el inesperado ganador de una edición que castigó casi por igual a los dos grandes favoritos: José Luis Garci (You ́re the one) y
Alex de la Iglesia (Lacomunidad).

PUNTOS DE INTERES

•En todas las relaciones de agresión hay tres personas, hay un agresor, una víctima y hay un salvador.

•El Bola nos habla de la víctima pero también del agresor, su padre, que no sabe
remediar su dolor más que transpasándolo a su hijo.

•Observa como el padre de Alfredo, el amigo del Bola, también produce dolor
corporal (al tatuar) pero no tiene el mismo significado.

•Hay un paralelismo/contradicción entre los padres del Bola y de Alfredo: ambos
marcan a su hijo para toda la vida (el primero con su paliza y el segundo con un
tatuaje). 
•Destaca la intensidad de las imágenes: el gesto serio de dos niños que hacen
amistad con preocupaciones de adultos, con pellas de chiquillos; esa sensación de que la familia de tu amigo es más feliz que la tuya....

•La película tiene la muerte omnipresente: el padrino de Alfredo murió de SIDA, un hermano del Bola murió: aquí morirá "el Bola" (en las vías del tren) para que nazca una persona nueva, Pablo. 

•Al tiempo, es una película que desprende una infrecuente y contagiosa alegría de
vivir. 


•El Bola se enmarca dentro de una reciente tendencia de varios jóvenes directores
españoles como Fernando León (Barrio) o Iciar Bollaín (Flores de otro mundo) a ocuparse de temas sociales.